La relación con un niño o niña es un amplio camino, lleno de luces y sombras, de encuentros y desencuentros. En este punto es como la relación entre dos adultos. La diferencia está únicamente en la madurez y competencias adquiridas por edad.
En ocasiones nos damos cuenta que no tenemos una relación tan fluída como esperabamos y que el dulce paisaje que creíamos estar formando se convierte en un laberinto en el que cuesta encontrar la salida. Si nuestros niños son pequeños, la puerta es fácil de ver, jugar.
Cuando explico esto en los talleres, los padres y madres suelen decir que ya no saben jugar o que han perdido la imaginación y la creatividad para inventar juegos nuevos. Esta percepción, no refleja la realidad, sino más bien, lo que los adultos hemos creído después de estar muy pendientes de nuestras obligaciones. El truco está en jugar a algo que nos guste tanto a nosotros, "los grandes" como a los pequeños. Los juegos enérgicos, en los que corremos, saltamos, etc. ayudan a eliminar tensiones. Los juegos con globos, permiten trabajar la concentración. Los juegos de rol, desarrollan la comprensión, la capacidad de estar en el lugar de otro...
Reír juntos es realmente eficaz para derribar barreras que hayan aparecido durante la crianza, repara los lazos afectivos, mejora la autoestima, estimula las endorfinas... Con los juegos nos acercamos al mundo de los niños, y a su vez acercamos "nuestro mundo" a los niños...
Teresa García.
Psicóloga Clínica.
Encuentra más recursos e ideas en Sin Castigos.
En ocasiones nos damos cuenta que no tenemos una relación tan fluída como esperabamos y que el dulce paisaje que creíamos estar formando se convierte en un laberinto en el que cuesta encontrar la salida. Si nuestros niños son pequeños, la puerta es fácil de ver, jugar.
Cuando explico esto en los talleres, los padres y madres suelen decir que ya no saben jugar o que han perdido la imaginación y la creatividad para inventar juegos nuevos. Esta percepción, no refleja la realidad, sino más bien, lo que los adultos hemos creído después de estar muy pendientes de nuestras obligaciones. El truco está en jugar a algo que nos guste tanto a nosotros, "los grandes" como a los pequeños. Los juegos enérgicos, en los que corremos, saltamos, etc. ayudan a eliminar tensiones. Los juegos con globos, permiten trabajar la concentración. Los juegos de rol, desarrollan la comprensión, la capacidad de estar en el lugar de otro...
Reír juntos es realmente eficaz para derribar barreras que hayan aparecido durante la crianza, repara los lazos afectivos, mejora la autoestima, estimula las endorfinas... Con los juegos nos acercamos al mundo de los niños, y a su vez acercamos "nuestro mundo" a los niños...
Teresa García.
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