Cómo Hacer Un Proyecto Con Un Niño

lunes, 10 de enero de 2011

Cómo Hacer Un Proyecto Con Un Niño

Para preparar un proyecto solo es necesario encontrar un centro de interés de nuestro estudiante y a partir de ahí tirar del hilo en todas direcciones para lograr trabajar de forma transversal, tocando diversas áreas de conocimiento, basándonos en un tema central que le interesa al niño.
No existen temas adecuados o inadecuados. De cualquier tema se pueden sacar muchas cosas, da igual si son los caballos, recetas de pasteles o la pintura cubista. El tema en realidad es solo la excusa para trabajar y poder profundizar en varios aspectos, mostrando así a nuestro estudiante como todo se puede relacionar, y cómo por lo tanto si observamos con una mente abierta y dispuesta siempre podremos aprender y siempre habrá algo que nos sorprenda y que al mismo tiempo nos conecte con algo que conozcamos o nos interese.
Si, por poner un ejemplo, cogemos como tema los caballos, podremos trabajar sobre los cuidados del caballo, la anatomía del mismo, los diferentes tipos de razas, de que lugares son originarias cada raza y hacer un mapa, que comen, donde se cultiva eso, la historia del caballo y su relación con el hombre y cómo se ha usado incluso para avanzar tecnológicamente a lo largo de la vida de la humanidad, cómo es una hípica, cómo es un hipódromo, de donde provienen las carreras de caballos, hacer un ranking de los caballos más rápidos de los últimos 10 o 20 años, hacer una maqueta de un establo (esto por si solo ya sería un proyecto), dibujar y pintar caballos, estudiar las figuras mitológicas relacionadas con el caballo cómo el unicornio o Pegaso, ver películas y/o leer novelas sobre caballos, incluso pueden buscar, si les interesara, recetas de cocina que se hacen con carne de caballo, pueden ir a una hípica a montar a caballo o en pony, etc, el límite lo pone el interés y la imaginación. Y esto es extrapolable a cualquier tema, siempre tendremos la oportunidad de profundizar y abarcar el tema desde diversos aspectos y desde diversas áreas, podemos calcular, hacer estadísticas, hacer mapas, estudiar desde diversos puntos de vista cada tema, incluso sacar nuevos temas y proyectos a partir de una propuesta inicial de trabajo que puede irse transformando. Por ejemplo, si al estudiar los caballos, empezamos a estudiar diversos aspectos de ese tema, y nos empieza a motivar más cómo se usaba a los caballos para cultivar la tierra, y queremos saber si aún se usan, cómo se cultiva ahora, etc, podemos derivar hacia ese lado sin problemas, el proyecto es nuestro y nosotros somos quienes decidimos que dirección va a tomar, por donde acotamos y por donde estiramos, lo importante es que el proceso sea interesante y divertido.
Un proyecto puede durar tres días o puede durar hasta varios meses, todo depende de cómo se quiera hacer. Mi consejo es que lo ideal es ir haciendo un poco cada día, pero sin cansar al estudiante. Es mejor que se quede con ganas de más, que comente y hable del tema durante el día, y que tenga ganas de seguir con el siguiente paso, que no que se sienta empachado de información y deje de gustarle.
La presentación final del proyecto es también importante. Podemos hacerlo de diversas maneras, pero estas tres son las más cómunes y populares:
  • Formato de libro: Se compila toda la información en hojas del mismo tamaño y se encuadernan de forma que el aspecto sea el de un libro o libreta.
  • Mural: Se compila toda la información pegándola sobre cartulinas o sobre papel de embalar, adornándolo, poniéndo rótulos, etc, y se pega en la pared.
  • Lapbook: Se compila todo en el lapbook, de forma que es muy fácil de guardar y archivar, por su formato extensible, y al mismo tiempo nos ofrece la máxima versatilidad ya que se pueden incluir dibujos, mapas, minilibros, hojas insertadas en sobres, bolsillos con tarjetas, desplegables, etc.
De todas las opciones, mi recomendación sin duda, por su portabilidad, flexibilidad, modernidad y creatividad, es el lapbook, es el mejor formato, porque además se puede ampliar tanto como se quiera sin el límite que tiene el mural, ya que se pueden ir superponiendo láminas sin problemas y no hay pared que nos frene, y sin el límite temporal que supone la encuadernación del formato libro, ya que un lapbook se puede ampliar en cualquier momento, incluso años después si nos interesara. Y por la frescura que aporta el poder trabajar de formas tan diversas y luego poder combinarlas todas formando un conjunto armonioso, al mismo tiempo que da una grata y cálida sensación de lograr conocimiento enciclopédico en el sentido más "ilustrado" de la palabra de forma ligera y divertida.

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