Escuela en casa: La importancia de los encuentros de convivencia

Los padres que llevan a sus hijos a la escuela suelen estar tranquilos al menos en un aspecto, sus hijos ven a diario a otros niños. Es así, independientemente de si luego hacen más o menos amigos, si la socialización que el colegio les ofrece es idónea o no para su hijo, y de otras cuestiones, hay una parcela del cerebro que los padres que llevan a sus hijos a la escuela pueden desconectar, y por lo tanto se pueden relajar en ese aspecto ya que de una forma u otra sienten que sus hijos tienen contacto y relación con otros niños.



Los padres que educan en casa no desconectan ninguna parcela del cerebro, no se lo pueden permitir. Educar en casa es una opción que precisa de una actitud proactiva en todos los aspectos de la formación y la vida de tu hijo, y eso incluye sus relaciones sociales, ya que al no tener esa sensación de que cada día está entre 5 y 6 horas rodeados de niños, no te relajas en ese aspecto y siempre se buscan oportunidades de relación que nos parezcan enriquecedoras y adecuadas para el desarrollo de nuestros niños. Habitualmente solemos buscar alguna actividad que le guste a los niños, y que por lo tanto hará que además de desarrollar una afición podrá conocer a otros niños con un interés común y por tanto aportará relaciones de calidad, también nos relacionamos con nuestra parentela en un sentido amplio, que nos aporta relaciones a todos con personas de todas las edades a los que queremos y nos quieren, como pueden ser los primos, primos segundos, sobrinos u otros, en el vecindario, el parque, etc, etc. Y estas relaciones nos aportan mucho en el día a día y forman parte de nuestra vida cotidiana en nuestro entorno más cercano. Pero no logran suplir la necesidad de “normalización” que los niños suelen tener en sus años más conscientes, que suelen corresponder a la etapa de educación obligatoria precisamente.

Últimamente en educación se ha dado en llamar “sus iguales” a los compañeritos del colegio. Siempre están diciendo que los niños necesitan estar con sus iguales, refiriéndose a otros niños, normalmente enfocándose en los del colegio, incluso en los del mismo aula y misma edad. Pues bien, es cierto que los niños necesitan relacionarse, sobretodo para tener una correcta integración social tienen que relacionarse con personas de todas las edades, y que necesitan tratar con niños, y con “sus iguales” pero cuando hablamos de educación en el hogar “sus iguales” no son los mismos que para el que va cada día a un aula de un colegio, sus iguales son otros niños que se educan en casa, esos son sus iguales, y por lo tanto nuestros hijos necesitan conocer a otros niños que también se educan en casa, como ellos, ya que niños que van al colegio ya conocen cada día en su clase de kárate, jugando con el vecinito en el parque, o yendo a ver a unos amigos de papá.

Los encuentros de convivencia son una excelente opción para que nuestros hijos se eduquen en casa, no es la única opción pero sí la mejor. Por supuesto, gracias a las redes de apoyo que existen tanto de forma virtual como presencial en diferentes lugares de nuestra geografía, las familias se pueden conocer, visitarse, realizar juntas actividades… pero la sensación de normalidad que aporta asistir a un encuentro de convivencia, donde hay muchísimos niños que se educan en casa como tú, no la da quedar con dos familias, que está muy bien y aporta mucho, pero no es lo mismo. Cuando tu hijo toma conciencia de que su opción educativa, su vida, es tan normal como la de un montón más de críos, conoce a tantos que eso le permite elegir quienes quiere que sean sus amigos, disfruta de compartir actividades, trabajos en grupo, juegos y talleres con ellos, y se da cuenta de que eso es real, ahí sí se siente normalizado.

En los encuentros de convivencia para homeschoolers los niños, incluso aunque antes se hayan carteado, se hayan tratado y visto a través de los servicios de algún colegio virtual, o sepan de la existencia de otros por lo que les comentan sus padres, es cuando por fin ponen no solo cara y ojos, que a veces los habían visto en alguna foto o vídeo, si no que por fin ponen carne, alma, calor y contacto real a esos niños que antes formaban parte de un mundo solo virtual. Además, al estar varios días juntos eso permite que las familias estrechen lazos y luego puedan continuar visitándose, quedando y prolongando esa relación y ese confort que te da saber que formas parte de algo más grande, no solo de una familia, sino de una comunidad.

Azucena Caballero

Vía: www.epysteme.org